jueves, enero 20, 2005

El dueño de Garfield es gay

Hermana-Oye, para mí que el dueño de garlfield es gay...
Hermano-No, no es.
Hermana-¿Cómo sabes?
Hermano-Pues no.
Hermana-Sí mira, primero es muy cuidadoso, meticuloso, vive solo, parece ser demasiado alegre y se viste como un hombre al que su mamá le escoge la ropa y encima habla con su gato...
Hermano-Y eso qué, mi tío Manuel también es meticuloso, vive solo, parece ser demasiado alegre y se viste como un hombre al que su mamá le escoge la ropa...
Hermana-Pero no tiene gato...
Hermano-Pero si lo tuviera hablaría con él.
Hermana-Pero no tiene.
Hermano-¿cómo sabes que no tiene?
Hermana-Fui a su casa hace un mes y no tiene.
Hermano-Aún así habla con él.
Hermana-¿Habla con el gato que no tiene?
Hermano-Quiero decir que quizá habla con un gato que no existe, pero que si tiene.
Hermana-Entonces quieres decir que mi tío Manuel es gay porque habla con el gato que tiene pero que no existe.
Hermano-No sé.
Hermana-Qué no sabes? Si tiene gato o si habla con él?
Hermano-Puede ser cualquiera de las ocho posibilidades, habría que preguntarle.
Hermana-Qué no eran dos posibilidades?
Hermano-No, porque son dos posibles variables que se pueden combinar tres veces cada una. Eso te da por resultado 2 al cubo, es decir 2x2x2=8, es decir

111
112
121
122
211
212
221
222

esto cuando uno es positivo y dos es negativo a la afirmación hecha, es decir:

1. Que tenga gato, que dicho gato exista y hable con él;
2. Que tenga gato, que dicho gato exista pero no hable con él;
3. Que tenga gato, que dicho gato no exista pero sí hable con él;
4. Que tenga gato, que dicho gato no exista y no hable con él;
5. Que no tenga gato, que dicho gato exista y sí hable con él;
6. Que no tenga gato, que dicho gato exista y no hable con él.
7. Que no tenga gato, que dicho gato no exista y que sí hable con él.
8. Que no tenga gato, que dicho gato no exista y que no hable con él.

Hermana: - Pero si habla con gatos que no existen está loco.
Hermano: -Yo creo que sí.
Hermana: Entonces analizando las opciones:

1. Que tenga gato, que dicho gato exista y hable con él-Sano mental gay
2. Que tenga gato, que dicho gato exista pero no hable con él---Sano mental heterosexual.
3. Que tenga gato, que dicho gato no exista pero sí hable con él; Enfermo mental gay.
4. Que tenga gato, que dicho gato no exista y no hable con él=Enfermo mental heterosexual.
5. Que no tenga gato, que dicho gato exista y sí hable con él=Sano mental gay (habla con el gato, aunque éste no sea suyo).
6. Que no tenga gato, que dicho gato exista y no hable con él= Sano mental heterosexual.
7. Que no tenga gato, que dicho gato no exista y que sí hable con él= Enfermo mental gay.
8. Que no tenga gato, que dicho gato no exista y que no hable con él= Sano mental no gay.

Es decir:

1. Sano mental heterosexual (opciones 2, 6, 8)= 37.5%
2. Sano mental gay (1, 5)= 25%
3. Enfermo mental heterosexual (4)= 12.5%
4. Enfermo mental gay (3, 7)= 25.5%
5. Gay, sea enfermo mental o no (1, 5, 3, 7)= 50%

Hermano: Pero el dueño de garfileld sale con mujeres, se ha visto en algunos programas.

Hermana: Pero mi tío Manuel también sale con mujeres, aunque eso no le quita su 50% de posibilidades gays.

Hermano: Pues no, no se las quita.

De mi encuentro con Rigoberta Menchú

Como dos años estuve hablando con una tipa por mirc que me caía muy bien y pues llegó el día que me decidí a conocerla muy esperanzada de perder mi virginidad lésbica. Ella era “entrenadora de caballos” en Obregón y me mandó una foto toda borrosa y lejana donde salía sobre uno, con su sombrero chero muy bien puesto que le daba sombra en su cara y hacía que no se distinguiera ni madres: -Sí mira, soy morenita clara, 1.65, talla 7 a veces 9 depende del corte del pantalón, tengo el pelo negro y lacio a la cintura, ojos grandes color miel, etc... nos vemos en sanborns a tal hora…-. A como me la pintó estaba bien mami y yo iba toda emocionada a tomar a esa amazona trigueña, la Pocahontas de mis más sucias fantasías sexuales, y hacerla tan mía como me lo habían enseñado las películas porno. Tardé como tres horas en arreglarme entre rasurado de piernas, pedicure, depilación del área del bikini, alaciado de cabello, mascarilla facial y cuanta madre se ha inventado para estar más rica y suavecita en toda ocasión. Llegué buscando por todas partes y nonononononononononononononono a la veeergaaaa, hagan de cuenta que era Rigoberta Menchú pero con una sudadera de quién sabe qué grupo de fútbol y unos jeans violadores que le marcaban la ralla por atrás y por adelante de tan apretados (de seguro SÍ eran talla 7).
-¿qué soy o me parezco?- dijo la vieja.
Y pues ai te voy con ella a la mesa, toda nerviosa que me fueran a ver con semejante adefesio o que llegara algún amigo de mi novio y se armara toda una interrogación. Ya estando ahí traía la Menchú un monólogo sobre su método femenino para educar caballos que es mejor que la maldad y dureza de los hombres, que son una mierda; que quiere casarse con una mujer porque los hombres son una mierda; que desea embarazar a su esposa con inseminación artificial porque no necesitamos más que para eso a los hombres de mierda, pero que en unos años la ciencia ya va permitir que un óvulo fecunde a otro; que sólo ella me puede hacer feliz en la cama porque los hombres son unos egoístas de mierda que no saben dónde está el clítoris, que ya me había visto en sus sueños y soy la mujer de su vida pero que si qué chingados me ve el wey mierda de enseguida.

Esa experiencia con mi domador capado de circo guatemalteco me quitó mis impulsos lésbicos como por un año: el mundo femenino tuvo que aguardar un rato más más por mí...