jueves, enero 20, 2005

De mi encuentro con Rigoberta Menchú

Como dos años estuve hablando con una tipa por mirc que me caía muy bien y pues llegó el día que me decidí a conocerla muy esperanzada de perder mi virginidad lésbica. Ella era “entrenadora de caballos” en Obregón y me mandó una foto toda borrosa y lejana donde salía sobre uno, con su sombrero chero muy bien puesto que le daba sombra en su cara y hacía que no se distinguiera ni madres: -Sí mira, soy morenita clara, 1.65, talla 7 a veces 9 depende del corte del pantalón, tengo el pelo negro y lacio a la cintura, ojos grandes color miel, etc... nos vemos en sanborns a tal hora…-. A como me la pintó estaba bien mami y yo iba toda emocionada a tomar a esa amazona trigueña, la Pocahontas de mis más sucias fantasías sexuales, y hacerla tan mía como me lo habían enseñado las películas porno. Tardé como tres horas en arreglarme entre rasurado de piernas, pedicure, depilación del área del bikini, alaciado de cabello, mascarilla facial y cuanta madre se ha inventado para estar más rica y suavecita en toda ocasión. Llegué buscando por todas partes y nonononononononononononononono a la veeergaaaa, hagan de cuenta que era Rigoberta Menchú pero con una sudadera de quién sabe qué grupo de fútbol y unos jeans violadores que le marcaban la ralla por atrás y por adelante de tan apretados (de seguro SÍ eran talla 7).
-¿qué soy o me parezco?- dijo la vieja.
Y pues ai te voy con ella a la mesa, toda nerviosa que me fueran a ver con semejante adefesio o que llegara algún amigo de mi novio y se armara toda una interrogación. Ya estando ahí traía la Menchú un monólogo sobre su método femenino para educar caballos que es mejor que la maldad y dureza de los hombres, que son una mierda; que quiere casarse con una mujer porque los hombres son una mierda; que desea embarazar a su esposa con inseminación artificial porque no necesitamos más que para eso a los hombres de mierda, pero que en unos años la ciencia ya va permitir que un óvulo fecunde a otro; que sólo ella me puede hacer feliz en la cama porque los hombres son unos egoístas de mierda que no saben dónde está el clítoris, que ya me había visto en sus sueños y soy la mujer de su vida pero que si qué chingados me ve el wey mierda de enseguida.

Esa experiencia con mi domador capado de circo guatemalteco me quitó mis impulsos lésbicos como por un año: el mundo femenino tuvo que aguardar un rato más más por mí...

4 Comments:

Blogger salaverga said...

casi lloro te comprendo al 100%

5:51 p.m.  
Blogger David Temper said...

ajajaja a mi me paso algo parecido con una morra, que parecía ser la sobrina de la parca Junior...
"me fui por cigarros" (suerte que ella no fumaba)...

8:39 p.m.  
Blogger Denexxxt. said...

jajajaja a la madre ! pobresita tu neta! jaajjaa

3:22 p.m.  
Blogger cano... said...

jajajajjajajajajajaja pobrecita de tii!!! nunca confies en el mirc, generalmente hay muchos adefecios de cualquier tipo..

10:59 a.m.  

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