sábado, octubre 01, 2005

Yo que sólo pedí un martillo y un arnés

Como mis dos, a veces tres lectores lo saben tengo una obsesión que ya necesita ayuda profesional acerca de la utilidad de las mujeres y sus erráticos comportamientos social e históricamente predeterminados.
El horrible día de hoy y ayer comandó mis acciones ese mi odiado lado oscuro que me inclina a seguir un comportamiento ilógico, irrisorio y no racional de bondad injustificada hacia el prójimo:
Llegose a mi trabajo en las alturas una mujer a mi parecer poco agraciada, aunque debo de estar radicalmente equivocado, puesto que le he encontrado varios seguidores, muchos más que los que el común de las hembras tienen (aunque hay que tomar en cuenta que es la vara de medición de los albañiles de la que estamos hablando).
Mi problema no es que le den trabajo sino que la pongan a mi cargo: princesa más inútil, lenta y poseedora de dos y media neuronas no podían haberme legado a mí, un simple albañil que sólo pidió un martillo y un arnés para amarrarse, si es que sobraba uno. Para mi desgracia las cosas nunca son tan fáciles y en vez de dejarme tranquilo en mis labores en el aire suspendido y solitario, me nombraron supervisor y entrenador de personal. A la princesa le dieron 3 días de prueba junto con otros tres mexicanos que llegaron bajo mi entrenamiento y yo, a la puta hora de que me preguntan si deben sacar a alguno que parezca que no va servir me quedé cobardemente callado, todavía mi jefe inquirió específicamente sobre la descerebrada esa, y yo sólo dije "mejor pruébela usted". Maldita conciencia me reclamaba de antemano dejar a un ser inútil y con bajas capacidades intelectuales y físicas sin alimento. Me amenazaba con la acumulación de un karma por cobrarse durante tres vidas posteriores.
¿Por qué no mejor se dedica vender su cuerpo en las calles o se casa y se llena de chamacos para que no la abandonen en vez de venir a chantajearme con unas nalgas que me provocan repulsión infinita?
Por favor quítenmela de encima porque tengo algo muy malo dentro de mí que me hace querer aniquilar esa especie pseudohumana, denigrada a los trucos y artilugios mas primitivos de seduccion barata.
¡Qué ganas de cortarle el cable del swing stage cuando esté sobre el treintavo piso! Eso si se atreve a subirse, porque esa prueba todavía no se la hacen y no parece en lo más mínimo ser una perra valiente.

Claro que creo en la pasión, pero eso no es lo que ella posee, no, no lo es y esta muy lejos de serlo.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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4:41 p.m.  
Blogger qué acá está el deste... said...

Por favor alguien dígame cómo se ponen las letras esas deformes para evitar el spam.

8:06 p.m.  
Blogger LanthanumHexaboride said...

Pobre pseudohumana. Lamentablemente (y quizá no; si no hubiese pseudohumanos, como distinguiríanse los humanos? y quién haría los pseudotrabajos?) abundan los pseudohumanos sobre la faz de la tierra (tanto hembras como machos, y se reproducen como ratas, que es lo peor).

10:27 a.m.  
Blogger Arucard said...

Pues ojala te caiga un buen jamon mi buen. De perdida que sepa "clavar bien".

8:27 p.m.  

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