jueves, junio 30, 2005

La inclusión de un ajeno

Eso de la apariencia es súmamente importante tal cual enseñan en la clase "Desarrollo Emprendedor", "Liderazgo" y "OP" (orientación profesional) del Tec de Monterrey.
Así llega uno a un lugar nuevo, te sientas con tus compañero de escuela o trabajo, vas vestido de acuerdo a la ocasión y te expresas de tí mismo en los términos que más te aventajen.
El más respetado en primera instancia suele ser el que mejor se haga promoción a sí mismo, el mejor autovendedor, sea cual sea su ramo. Un mundo de expectativas se abre a su alrededor, los ojos hacen vértice en sus movimientos. Así, hasta en el medio artístico, hay sus reglas de etiqueta y comportamiento.
Cuando uno quiere pasar desapercibido es fácil aislarse y encerrarse en su trabajo en un inicio. Nadie te habla, eres el raro y todo parece estar en paz de esta manera pero súbitamente la tranquilidad termina cuando el momento de mostrar el trabajo llega y ese calladito gana su premio. En ese momento el raro también gana el fin de su paz y de su anonimato. Todos voltean a verlo, principalmente aquellos que antes lo repudiaron y se rieron a sus expensas pretendiendo ser mejor que él. Ahora el ajeno ha sido "incluido".
Entra este pobre individuo tímido, inevitablemente, en el rol competitivo. Ahora sí todos quieren saber su opinión. Ha perdido su paz, tendrá que hacer otra cosa más definitiva, aisalarse tranquilamente ya no es suficiente.
Algunos son obstinados y conservan su postura hermética pero la mayoría sucumbe ante el poder de las alabanzas y se alza el cuello tomando todo aquello que los aduladores, que antes lo despreciaron, ahora le ofrecen. Toda aquella timidez escondía una inseguridad que muy rápidamente es sustituida por una naciente soberbia. Lo que no esperan estos falsos modestos es la llegada de su ocaso y su regreso al mundo del desprecio colectivo que no les devolverá su modestia y autosuficiencia nunca más: en vez de eso los sumirá en una profunda amargura y esa sí, normalmente, no suele abandonar.
El éxito muchas veces es un orgasmo que no regresa pero que a fuerza de haberse probado siempre se añora y se presume públicamente una y otra vez. Así tenemos maestros, quizá nuestros propios padres, abuelos, vecinos o nosotros mismos que, alcohólicos y amargados, incesantemente repetimos la historia del premio que alguna vez recibimos y nos alzamos lastimeramente un cuello ya tan gastado que no hay almidón alguno que pueda volver a levantarlo.

6 Comments:

Blogger DIOS DESTRÚCTOR said...

yo digo que se necesita mucha pero muuuucha humildad y honestidad para uno mismo para poder dejar atrás los triunfos como las derrotas, cuando ganas te elevas el ego y el autoestima que sirve para conseguir nueeeeeevos triunfos, y los errores los aprendes para no cometerlos de nuevo para poder consiguir (otra vez) nuevos triunfos, el respeto ganado se puede perder en el mar de indiferencia de las demás personas mas se puede afianzar demostrando algo de modestia y humildad, no para las demás personas sino para uno, para que no te la creas del todo y no andes por ahi con el cueyo parado por algo que hiciste hace tanto tiempo como el dia de ayer.
conclusión divina:
no seas mamón y presumido, si alguien te adula o admira déjalos ya te conocerán y se enfadarán de adorar a un simple mortal. cuando la cages toma nota y que no te de verguenza aceptar que eres un pendejo, porque lo pendejo se quita pero las sarras que le hagas a tu gente nunca se olvidan.

3:14 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

"El más respetado en primera instancia suele ser el que mejor se haga promoción a sí mismo, el mejor autovendedor, sea cual sea su ramo"
aguevo , pinchi marylin manson ese, todo un trinfador le pese a quien le pese.

3:26 p.m.  
Blogger David Temper said...

A wevo... el asunto es seguir siendo uno mismo sin importar adulaciones o descalabros. Mantener un balance entre adentro y afuera... siendo sincero consigo mismo en cuanto a errores y logros.
Afortunadamente, es más difícil mentirse a uno mismo que a los demás, habiendo tanta apariencia.

3:55 a.m.  
Blogger aleharo said...

te deseo un orgasmo duradero :P

12:56 p.m.  
Blogger David Temper said...

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9:26 p.m.  
Blogger Luis Lope said...

En esas cuestiones del éxito, nunca hay que olvidar una máxima vigente de aquí a la eternidad, la Ley de Murphy: "Si algo puede salir mal, saldrá mal".

7:58 p.m.  

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